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Economía Circular: Más Allá del Reciclaje

11 Feb 2024
En el afán de comunicar y posicionar temáticas complejas como la Economía Circular se ha tendido a simplificar conceptos y flexibilizar la rigurosidad técnica que conlleva un planteamiento holístico, llevándonos hoy día a entender la Economía Circular prácticamente como un sinónimo de reciclar, y esto no es así, afirma Paola Yañez, Especialista en Economía Circular de SGS Chile.

Dentro la realidad de las empresas, lo más natural ha sido incorporar Modelos de Recuperación de Valor de los productos después de su vida útil, es decir cuando ya son un residuo. Es por eso que la mayoría de los casos de éxito comunicados por las empresas están vinculadas al reciclaje, la reutilización, la reparación, remanufactura, que son todas intervenciones válidas pero que actúan sobre “el problema residuos”, lo que implica que el producto ha ido perdiendo valor y está cerca de ser depositado en un relleno sanitario. 

Para ir dimensionando el alcance real de la Economía Circular, es importante recordar los 3 fundamentos que persigue: (i) diseño libre de residuos y contaminación, (ii) mantener productos y materiales en uso permanente y (iii) regenerar sistemas naturales. En este alcance, se da cabida a que las empresas generen “Modelos de Diseño Circular”, Modelos de “Uso Óptimo” y “Modelos de Soporte Circular” y así generar estrategias a lo largo de la cadena de valor y en etapas tempranas, es decir intervenir el ciclo de vida completo de un producto, desde la extracción (todos los procesos de materia primas) hasta el fin de uso buscando posponer este último lo máximo posible.
 
Su correcta implementación supone trabajar la circularidad tanto en el ciclo biológico tomando acciones respecto a cómo producimos y consumimos los recursos renovables velando porque este ciclo sea regenerativo de ecosistemas

Por ejemplo, hoy día los residuos orgánicos e inorgánicos siguen una misma gestión y terminan mezclados en rellenos sanitarios y lo que debería suceder es que las empresas identifiquen donde está el 80/20 de su negocio, si en el ciclo biológico o técnico, y poder separar estos flujos para trabajar en innovaciones con un foco más regenerativo o de restauración. 
No se puede negar que cambiar el paradigma actual supone un reto enorme y será de largo aliento. Sin embargo, también es cierto que ya se están implementando una serie de estrategias que recogen el concepto de economía circular desde una mirada amplia.

  1. Servitización. Es la práctica de reducir el consumo de materiales a través de un cambio orientado a transformar a los consumidores de productos, en usuarios de servicios. El ejemplo más conocido es lo que sucede con Spotify o Netflix, Con estos modelos de negocios es casi impensado adquirir un CD o DVD para escuchar música o ver una película, con lo cual elimina la necesidad de utilizar el plástico para su elaboración y se previenen la generación de residuos cuando estos productos llegan a su fin de vida
  2. Ecodiseño. Consiste en diseñar productos o servicios considerando todas las fases del ciclo de vida con el objetivo de optimizar el uso de recursos y alcanzar valor añadido en el mercado de cara a los clientes y a los consumidores finales. Un ejemplo conocido es el de la compañía holandesa Fairphone, que desarrolla teléfonos de cuarta generación que se destacan por un diseño que permite un alto nivel de reparación y el reemplazo de sus componentes de manera muy simple, alargando su vida útil y combatiendo su obsolescencia.  
  3. Código abiertos. Bajo este concepto se esconde la idea basada en la transparencia y el libre acceso al conocimiento: si los programadores pueden acceder, modificar y redistribuir el código fuente de un programa, éste evoluciona mejor. Claramente el concepto ha sobrepasado el mundo tecnológico y ha sido adoptado en otros ámbitos, en el caso de la Economía Circular este patrón invoca uno de sus bases, que es el trabajo colaborativo entre todos los actores de la cadena de valor, siendo capaces de abordar diferentes partes de un problema e ir construyendo sobre la información del otro. De esta manera se reducen tiempos, costos de I+D y esfuerzos. Es la plataforma de co-creación, podría calibrar mejor la relación “diseño del producto y modo de consumo”. 

La Economía Circular abre un abanico interesante para la innovación a lo largo de la cadena de producción por lo tanto no hay que limitarla al reciclaje.  De manera solitaria, sería muy difícil avanzar para las empresas en un cambio que tiene un fundamento holístico y regenerativo. Esta transición requiere de ecosistemas multiactor y un cambio de paradigma que debemos vivir paso a paso. 

 

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