El fraude alimentario se puede presentar de varias formas: desde frutas y verduras convencionales que se venden como productos orgánicos, los ingredientes principales se cambian de forma encubierta por sustitutos más baratos, hasta alimentos extranjeros que se etiquetan como nacionales o que se manipulan las fechas de caducidad para vender productos caducados. En el mejor de los casos, el fraude alimentario estafa a los clientes; en el peor, representa un riesgo a la salud de los consumidores. Ante esta situación, SGS, empresa líder mundial en pruebas, inspección y certificación impulsa medidas para prevenir el fraude alimentario.
Alguien que compra alimentos orgánicos falsos paga una prima sin ningún motivo, y una persona que compra el aceite de oliva diluido con aceite de maní puede sufrir una reacción alérgica potencialmente mortal. En el listado que se presenta a continuación aparecen algunos ejemplos de los alimentos especialmente vulnerables al fraude en México:
- Jugos de frutas
- Aceites
- Especias
- Atún enlatado
- Café y Té
- Miel
- Pescado
- Leche
- Vino
- Arroz
- Carne
El fraude de alimentos es cualquier acción deliberada de empresas o individuos para engañar a otros con respecto a la integridad de los alimentos para obtener una ventaja indebida. Los tipos de fraude alimentario incluyen, pero no se limitan a: adulteración, sustitución, dilución, alteración, simulación, falsificación y tergiversación
¿Cómo las empresas y consumidores lo pueden combatir?
Según SGS, la utilización de una "solución de autenticación total" garantiza que las afirmaciones sobre los productos alimenticios estén justificadas y permite que los consumidores puedan tomar decisiones informadas y proteger la industria y las empresas alimentarias:
1. Lucha contra el fraude alimentario: Cualquier intento de abordar el fraude alimentario debe estar impulsado por la inteligencia. Deben asegurarse de que existan sistemas para monitorear continuamente los incidentes de fraude alimentario e identificar las tendencias cambiantes y las causas fundamentales.
Los expertos en una variedad de especialidades deben contribuir a identificar los factores desencadenantes y de riesgo del fraude alimentario. Es probable que estos incluyan fluctuaciones de precios, fallas en la cosecha, eventos climáticos, regulaciones cambiantes, política global, etc.
2. Autenticación de productos alimenticios
El punto de partida para autenticar los productos alimenticios es comprender qué características están en riesgo de fraude alimentario. Y, en segundo lugar, identificar un método analítico para autenticar esas características en riesgo. Es importante destacar que los métodos de autenticación deben ser lo suficientemente completos para detectar cualquier tipo de adulteración de alimentos y no simplemente buscar los riesgos que conocemos.
Los programas de prueba deben garantizar la coherencia del enfoque, pero basarse en una variedad de técnicas y ser lo suficientemente dinámicos para evolucionar en línea con los riesgos emergentes. Debe haber parámetros claramente definidos que establezcan cuándo, dónde, con qué frecuencia y durante cuánto tiempo deben operar los esquemas de prueba.
Las pruebas deben basarse en métodos analíticos de última generación e incluir un plan claro de lo que sucede cuando se detecta la adulteración de alimentos. Los resultados deben conducir a conclusiones basadas en pruebas que fomenten la lucha para combatir el fraude alimentario.
Finalmente, los métodos de autenticación deben ser oficiales, acreditados y reconocidos a nivel mundial. Esto es esencial para garantizar que los hallazgos no solo sean creíbles, sino que también sean aceptados internacionalmente.
3. Protección del consumidor y de la marca
Los consumidores también deben formar parte del plan. Deben comprender mejor el fraude alimentario y la autenticidad de los alimentos y, más específicamente, qué se entiende por autenticación.
Presentar a los consumidores evidencia verificada que respalde las afirmaciones de los productos alimenticios podría ser la respuesta a esta confianza cada vez menor por parte del consumidor. Y podría ofrecer a las marcas la protección que tanto necesitan.
Sin embargo, cualquier intento de aprovechar los beneficios de la autenticación con los consumidores debe comenzar con mensajes claros y completos. El mensaje debe garantizar que las personas los comprendan y confíen genuinamente en la evidencia presentada.
SGS ofrece una amplia gama de servicios de pruebas que permiten la autenticación de productos agrícolas y alimentarios en toda la cadena de suministro. Su cobertura global y su gran experiencia permiten la configuración de soluciones totales, adaptadas a las necesidades de cada empresa alimentaria y respaldan el desarrollo de evaluaciones de vulnerabilidad al fraude alimentario.
“Para determinar si existe algún fraude alimentario se deben realizar evaluaciones con diferentes enfoques: producto: ingredientes y etiquetas, enfoque de proceso: aplicación de buenas prácticas de Higiene y Manufactura y con el enfoque de publicidad: cumplimiento normativo”, explica Josefina Muñoz, Gerente de Multilab de SGS México. ”No es suficiente la implementación de un sistema de inocuidad alimentaria, en cada etapa de la cadena de suministro, se necesita asegurar que se puede confiar en los procesos y en la veracidad de los proveedores”, concluye Muñoz.
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