Cada mercado impone sus propias normas de seguridad e higiene alimentarias, que pueden variar en función del producto. Los operadores y fabricantes de servicios de alimentos necesitan un programa de pruebas bien diseñado que proteja a los consumidores, garantice la eficacia del SSOP y el cumplimiento legislativo. Las comprobaciones deben ser rápidas para detener los retrasos que podrían exponer a los consumidores y a la marca a un riesgo inaceptable.
Simplificación del proceso de cumplimiento
Ofrecemos una gama completa de soluciones de consultoría y pruebas de seguridad e higiene alimentarias para ayudar a las empresas a demostrar el cumplimiento de las normativas del mercado y los SSOP. Nuestros expertos pueden aconsejarle sobre qué requisitos y normativas de pruebas se aplican y, a través de pruebas y muestreos eficaces, podemos ayudar a las empresas a proteger a los consumidores y la reputación de su marca.
Los inspectores altamente capacitados pueden tomar muestras (hisopos) en cualquier entorno a nivel de cliente: restaurante, hotel, hospital, instalación de fabricación, etc. A continuación, estos se envían a uno de nuestros laboratorios acreditados por la norma ISO/IEC 17025 para realizar pruebas de alérgenos y pruebas tradicionales o rápidos de microorganismos.
Identificación temprana de la contaminación
Las pruebas de especies indicadoras proporcionan un reconocimiento rápido de posibles problemas de contaminación, lo que permite iniciar de forma temprana el trabajo de diagnóstico.
Los indicadores comunes incluyen:
- Recuento total de aeróbicos
- Hongos y moho
- Clostridia reductora de sulfitos
- Coliformes fecales
- Enterobacterias
- Enterococcus spp.
- Staphylococcus aureus
- Escherichia coli
Monitoreo de patógenos ambientales:
- Salmonella spp.
- Listeria spp
¿Por qué elegir los servicios de validación de limpieza que brinda SGS?
Somos reconocidos como el punto de referencia de calidad e integridad en el sector alimentario. Donde sea que opere en el mundo, nuestro equipo le apoya con soluciones que simplifican el proceso de comprobación y garantizan la conformidad con las normativas, a la vez que evitan que los productos contaminados lleguen a los consumidores y reducen el riesgo de destruir los productos gracias a los resultados de las pruebas de falsos positivos.